septiembre 23, 2006

La lluvia que deshace tus cenizas..

Hoy es uno de esos días oscuros en los que me gusta acercarme al cristal para ver la lluvia y pensar en lo que arrastra a su paso. Cae fría y conciliadora, lava los pecados cometidos y las conciencias de sus causantes, se lleva con ella la vergüenza de los que se sienten culpables y entierra bien hondo para que nunca se encuentren las malas acciones de los que no son conscientes del dolor que generan. También se ocupa de borrar el rastro de lo bueno sucedido y hacer que esto una vez más se olvide. Es como el fuego, purificadora y aveces también destructiva. Por algo son las lagrimas del cielo que se abre por todos aquellos que ya no pueden llorar porque perdieron la capacidad de pensar que no todo gira en torno de si mismos, o los que simplemente no pueden hacerlo porque han dejado de estar vivos. Pienso en la tierra que recoge la lluvia y que absorbe con el agua todo el mal y todo el bien, todo el dolor y la sangre que se ha derramado, casi siempre inútilmente, toda la ineptitud de los que por alguna broma del destino, tienen el poder y lo ejercen, todo el amor que se ha quedado sin dueño, los recuerdos que ya no son de nadie por que quien vivía para recordarlos los ha olvidado o se ha ido para siempre , todo el esfuerzo que se ha quedado en el camino, todas las lagrimas y los deseos no cumplidos y todo el sufrimiento ajeno del cual nosotros nunca sabremos ni si existe. En lo profundo de la tierra, en sus entrañas, hay un pozo de eternidad a donde van a parar todas estas negras aguas (caldo donde se cuecen las larvas a fuego lento, en palabras del gran escritor colombiano ) No se si irán a algún otro lugar o se quedaran allí estancadas para siempre pero me alegra y me asusta saber que su contenido no se pierde. Y me lleva otra vez a pensar en la tumba del hombre frió y solitario que fue mi mentor y en donde reside su fantasma. El triste fantasma del hombre que errado regalo su alma a la oscuridad. Imagino la tierra en que descansa alimentandose con todo esto, purificando y deshaciendo sus cenizas.

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