noviembre 16, 2006

Entre la niebla

Todos tenemos un lugar especial, un santuario en el que nos refugiamos cuando necesitamos evadirnos, descansar o volver a casa. Para algunos ese lugar existe dentro de ellos mismos, para otros tiene forma, existe físicamente ubicado en alguna parte de un mapa que para los demás no significa gran cosa. Mi lugar era hermoso y frió, rodeado de arboles y montañas, de bosques sombríos envueltos por el fresco aroma del agua que nace salvaje, de rocas de extrañas formas que proyectan sus sombras amenazantes en las noches claras de luna llena, de senderos perdidos que llevan a lo mas hondo del corazón de la montaña en los que perderse es a la vez pesadilla y sueño. Rodeado también por un profundo lago que guarda tantos secretos como gotas de agua tiene. Podía ver reflejada en el espejo de su superficie la silueta del castillo en el que yo reinaba cuando era niña. Allí residen ahora mis fantasmas y por ello debo abandonarlo. A la orilla del lago, en lo mas alejado del ruido,bajo un frondoso árbol yacen tus cenizas,amarradas a un tropel de palabras que nunca se pronunciaron, ese es ahora tu reino y mi castigo, imagino tu alma vagando en las noches de invierno sin sentir el frió,helando las raíces del árbol que es tu cobijo, ahuyentando con el frió de tu fantasmal presencia a todo aquel que ose romper el silencio de tu descanso, allí nunca mas volverá a crecer la hierba, los pájaros nunca mas descansaran en tu árbol, no puede haber mas vida cerca de tu eterna muerte, por lo menos no para mi. Por eso mi lugar lo abandono al exilio, te lo regalo. He encontrado otro santuario, un paraje sacado del mas tenebroso cuento y que pronto sera mi refugio, El camino de las horcas. Entre la densa niebla construiré mi fortaleza sobre un centenar de historias que nunca conoceré, pero que alguna vez han sido. Todo lugar posee sus fantasmas, pero si nada sabes de ellos sus historias no pueden atormentarte. Por mucho que a su alrededor solo veas la niebla.

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