junio 16, 2011

Sinestesia

En mi elástico cerebro se entrelazan los sentidos, real y imaginario han dejado de ser perceptibles confundo e identifico con la misma facilidad el mas extraño tesoro y la mas horrible sensación. Puedo oír y oler nitidamente los colores, Rojo como suaves golpes de metal y pisadas en el barro huele a caramelo ensangrentado, Negro suena a caballos desbocados, cuando es denso tiene el sonido deslizante de la seda contra terciopelo y al tocarlo se siente el suave pelaje de un animal , verde, serpenteante aire que se cuela por el resquicio de una ventana, sabe a absenta macerada con hojas frescas , Azul es un profundo retumbar de agua llenando mis oídos que sabe a lágrimas y alas de mariposa, Morado suena a tormenta y amanecer de invierno, sabe a perfecto amor y arándanos helados deshaciéndose en la lengua y su tacto siempre es de pétalos de flores muertas. Las esencias flotan en el aire adoptando formas transparentes, me traen la percepción de sabores desconocidos a los que nadie ha puesto nombre, Otras veces son olores familiares como el de tu piel que sabe a canela y vainilla o el de tu pelo, sabor de musgo y cebada, el olor de las iglesias que sabe a Paracodina, esa medicina que mi abuela me daba para la tos y el olor de los hospitales que es como tener un algodón hervido mojado en lejía dentro de la boca. El tacto de las cosas trae consigo los colores. La fría piedra es plata y huele a almendras amargas, pero si es de un lugar cálido huele a iodo y su tacto es de madera henchida de palisandro, la seda, da igual su color por que en en el fondo miente y siempre es rosa ,sabe como si masticaras algas mientras acariciaras el cabello de un ángel, el cristal al tocarlo es de un azul muy claro con vetas marfiles y su sabor es el del ámbar con sus insectos atrapados dentro. Aveces temo despertarme de este sueño y volver al tedio anterior de mis sentidos, temo que cuando abra los ojos este sutil regalo desaparezca y no pueda seguir sintiendo el sabor a miel de tus ojos, no pueda volver a notar en mis dedos el tacto de aguas mansas del oscuro lago que trae tu voz ni ese adorado olor a hojas secas que arrastran los ronroneos de los gatos por la mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario