enero 12, 2010

El veneno de la doctrina


Cuando se coloca el centro de gravedad de la vida no en la vida, sino en el más allá, en la nada, se le ha quitado a la vida como tal el centro de gravedad. La gran mentira de la inmortalidad personal destruye toda razón, toda naturaleza existente en el instinto, a partir de ahora todo lo que en los instintos es beneficioso, favorecedor a la vida, garantizador del futuro, suscita desconfianza. Vivir de tal modo que ya no tenga sentido vivir, eso es lo que ahora se convierte en el sentido de la vida... Una sola cosa es necesaria en cuanto al alma inmortal, cada uno tiene idéntico rango que cualquier otro, en el conjunto de todos los seres la salvación de cada individuo tiene derecho a reclamar una importancia eterna, pequeños santurrones, y locos en sus tres cuartas partes, tienen derecho a imaginarse que, en razón de ellos, las leyes de la naturaleza son transgredidas, de modo constante Nunca se estigmatizará con bastante desprecio semejante intensificación hasta lo infinito, hasta lo impúdico, de toda especie de egoísmo. Y, sin embargo, el cristianismo debe su victoria a esa deplorable adulación de la vanidad personal con ella es con la que ha persuadido a seguirle cabalmente a todos los malogrados, a todos los hombres de sentimientos rebeldes, a los fracasados, a todos los desechos y escorias de la humanidad. La salvación del alma, dicho claramente: el mundo gira alrededor de mí. El veneno de la doctrina, idénticos derechos para todos es el cristianismo el que lo ha diseminado de modo más radical: desde los más escondidos rincones de los instintos malos el cristianismo ha hecho una guerra a muerte a todo sentimiento de respeto y de distancia entre los hombres, es decir, al presupuesto de toda elevación, de todo crecimiento de la cultura, con el resentimiento de las masas ha forjado su arma capital contra nosotros, contra todos los seres aristocráticos, joviales, generosos, que hay en la tierra, contra nuestra felicidad en la tierra... El aristocratismo de los sentimientos ha sido socavado de la manera más subterránea por la mentira de la igualdad de las almas; y si la creencia en el privilegio de los más hace y hará revoluciones, ¡es el cristianismo no se dude de ello, son los juicios cristianos de valor los que toda revolución no hace más que traducir en sangre y crímenes! El cristianismo es una rebelión de todo lo que "se-arrastra-por-el-suelo" contra todo lo que tiene altura: el evangelio de los viles, envilece.. F.Nietzche-El anticristo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario